En 2011, en New York probé una hamburguesa que su sabor era diferente a todo lo que había probado anteriormente. Aquel día iba a cambiar mi vida. Comprendí que con una buena carne, buen pan y buenas verduras las posibilidades de creación resultan prácticamente ilimitadas. Aquellas hamburguesas eran las que yo quería para mi y para los míos.
Desde entonces junto con mi equipo invertimos muchas horas en I+D, visitando ganaderos, mataderos, salas de despiece, etc. Buscando desarrollar un BLEND perfecto.
Esto es una mezcla una fusión de calidades. Esto supone seleccionar una serie de ganado determinado, seleccionar diferentes despieces del animal por su calidad y sus ventajas y mezclarlos para obtener un equilibrio entre textura y sabor.
Tuve entonces la fortuna de conocer la IGP Carne de Cantabria. Juntos y después de innumerables pruebas, encontramos por fin nuestro BLEND. Una vez que alcanzas estos resultados sus posibles variaciones son todas.
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